lunes, 17 de marzo de 2014

Una sonda se prepara para el primer aterrizaje de la historia en un cometa

La sonda Rosetta de la Agencia Espacial Europea (ESA), que lleva una década viajando por el Sistema Solar, saldrá de su “hibernación” para comenzar a trabajar en el primer aterrizaje de la historia de un vehículo espacial terrestre en un cometa en vuelo.

La ESA consagró 1.000 millones de euros (unos 1.365 millones de dólares) a esta ambiciosa misión, que despegó en marzo de 2004 a bordo de un cohete Ariane 5 desde el Centro Espacial Europeo de Kurú, en la Guayana francesa con rumbo al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko.

El aparato, que viaja a 135.000 kilómetros por hora, estará aún a nueve millones de kilómetros de su objetivo.

En mayo, cuando Rosetta esté a solo dos millones de kilómetros de su anfitrión, acometerá la que se considera la maniobra crítica, en la que corregirá su velocidad y su trayectoria, y empezará a enviar fotografías del 67P/Churyumov-Gerasimenko.

En agosto, más de diez años después de salir de la Tierra, llegará a las proximidades del cometa. Entonces se dedicará a cartografiar la superficie y enviará datos a la Tierra para encontrar "el mejor lugar de aterrizaje".

Una vez seleccionado el punto idóneo, la sonda liberará un vehículo de 100 kilogramos de peso, Philae, que se posará sobre el cometa.

"Por primera vez seremos capaces de analizar un cometa durante un largo período de tiempo" y eso nos dará "una visión interna de cómo `trabaja` un cometa para ayudarnos a descifrar el papel que desempeñan en el Sistema Solar", sintetiza Matt Taylor, científico que interviene en la misión.


Diana Lopez


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